La entrega tiene lugar cuando el alma reconoce que entregándose está cediendo a Dios, a la Energía Universal o a la Fuente Universal, como quieras llamarlo, su vida en este plano.
El alma, en contacto con esta dimensión, ha entrado en un proceso de olvido porque es obligatorio, es necesario para su aprendizaje. Es decir, la tarea que le ha sido asignada ha sido olvidada para luego recordar y retornar a la fuente.
Su vida se desarrolla en un continuo amor-miedo, a través del cual se pasea durante su aprendizaje. El miedo lo separa de la fuente, el amor lo acerca a ella. Se debate en un si puedo, no puedo; debo, no debo y en un "Soy" y "No Soy", eso es lo que los humanos llaman vida.
En ese proceso de duda, hay puntos de luz que se cuelan y que son atisbos del despertar, por un momento son capaces de darse cuenta que la vida debe dirigirse al amor.Entonces, la suma de esos pequeños atisbos da lugar a que el alma empiece su recorrido hacia la entrega, llegando así un momento en que la claridad totalmente la ilumina.
Por eso se habla de entrega, el alma ya no lucha, ya no se debate en ese contínua amor-odio, sólo sabe que lo único posible es el amor, un amor incondicional hacia todo lo que existe, un accionar universal contra el que no se puede luchar.
No estoy hablando de un destino. Estoy hablando de un camino que el alma empieza a recorrer en total confianza sabiendo que siempre está protegido, que siempre está siendo guiado, se ha conectado con el Amor Universal y deja que éste le señale el camino a seguir.
No hay lucha, no hay miedo, no hay pesar, no hay duda, el alma sólo "Es" eternamente agradecida. Esto es volver a la fuente. Esto es la entrega total.
Elizabeth Marín
