viernes, 19 de febrero de 2016

CREACIÓN DIVINA


Amanecía, el sol como siempre despertaba iluminando toda la tierra. Los pájaros volaban y cantaban, preparándose para recibir el regalo que el universo les otorga todos los días. El cielo brillaba con un azul tan espléndido que todas las personas se veían obligadas a levantar la vista para verlo y dar gracias a Dios por ese día tan bello. La rutina de todos los días se desplazaba en silencio para todo el que despertaba y se preparaba para su nuevo día. En las calles se podía escuchar el ajetreo de la gente, las bocinas de los automóviles y, a lo lejos, el cantar del gallo y el ladrido de los perros. Todo parecía una escena preparada de antemano por quienes son expertos en obras teatrales, asignando con esmero a cada uno su papel. En las alturas,  los Dioses del Universo contemplaban el escenario mientras sonreían, estaban seguros de que su creación divina se dirigía, aún sin darse cuenta, hacia el camino de la luz y el amor.
Elizabeth Marín

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