Viejos, niños, adultos y jóvenes danzaban a su alrededor
Él, miraba atónito lo que acontecía
No podía entender el cántico que toda esa gente susurraba
Pero si sentía que su corazón se expandía y cubría de luz
toda la escena
De repente los susurros cesaron y en su mente el silencio gritó desde
las alturas
Los hijos del amor vuelven a casa
Elizabeth Marín
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